Los ladrones de seda
Bizancio, año 552 de nuestra era. Dos espías romanos disfrazados de monjes persas, Taurus y Olympiodorus, viajan a China con la intención de robar su secreto más preciado: la manera de producir la seda. El comercio de tan delicado y preciado material es una de las mayores fuentes de ingresos para el Imperio romano, pero desde que el emperador Justiniano inició la guerra con Persia, las rutas han quedado bloqueadas. Los dos espías consiguen robar unos gusanos y huyen por la ruta de la Seda, la ruta comercial más larga del mundo y fuente de ingresos para muchos comerciantes que, cuando descubren el robo, ven peligrar su monopolio. Pronto, grandes recompensas se ofrecen por la captura de los bandidos. Pero el peor enemigo para los dos ladrones no son aquellos que les persiguen, sino el tiempo. Si las preciosas mariposas salen de sus capullos mientras están de viaje, morirán. Y si los ladrones vuelven a Bizancio con las manos vacías, sus cabezas no tendrán ningún precio.